El gobierno federal anunció un pacto con el sector económico que pretende generar estabilidad en el país e incluso prosperidad, además del cuidado de las finanzas personales de los mexicanos.
Pero aquí hay dos problemas: que el gobierno de la república, de nueva cuenta, no está escuchando el sentir, pensar y accionar de los gobernados y segunda, que la firma de un pacto es una tapadera, paliativo, cortina de humo o como quiera llamársele, a lo primero.
Los mexicanos hoy demandamos rendición de cuentas. Es decir, explicaciones a lo que decide y hace el gobierno y sus funcionarios. Exigimos acciones. Queremos resultados. Pedimos renuncias.
Ya estuvo bueno de que supongan y decidan por nosotros. De que se nos trate como ignorantes o que necesitamos la protección del gobierno para ser y hacer.
No queremos pactos en los que no se nos incluye; pactos entre sectores que se benefician de nosotros. No nos interesan las compensaciones ni el nacionalismo mal entendido.
Los mexicanos somos seres pensantes y lo estamos demostrando públicamente. Las últimas semanas hemos venido pidiendo respuestas concretas y no nos han sido dadas. El nuevo pacto es más de lo mismo: una pretensión de pan y circo.
