Una de las promesas que hacemos muchos mexicanos en enero es bajar de peso. Y nos inscribimos en parques o centros deportivos a clases de todo tipo, desde baile hasta pesas, con tal de darle cumplimiento a nuestro propósito.
Pero la realidad es que en muchos casos desistimos porque no vemos resultados inmediatos, nos parece que es mucho sacrificio, no queremos seguir pagando o preferimos destinar el tiempo en otras actividades. Así, tenemos estadísticas del INEGI que reportan que seis de cada diez adultos no realizan actividad física. Entre los argumentos están que les falta tiempo, se sienten cansados luego del trabajo y presentan problemas de salud.
El inconveniente es que vivir sin hacer ejercicio trae resultados graves a la salud de las personas: obesidad y enfermedades del corazón. Pensemos cuánto tiempo nos la pasamos sentados, acostados o parados frente a caminar o mover el cuerpo. La lógica es que debemos movernos y nuestro cuerpo está hecho para eso. Tenemos que buscar opciones para permanecer activos y dejar a un lado nuestra vida sedentaria.
El propósito es la salud y opciones hay de todo tipo. Que hacer ejercicio no sea por llamarada de petate de inicio de año ni para hacerlo mientras encontramos pretextos. El ejercicio nos ayuda también a mejora nuestro estado de ánimo; nos da energía y nos ayuda a dormir mejor.
