El pulque, fundamental en la economía de algunos pobladores de Temoaya

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El pulque, esta bebida obtenida tras fermentar el  néctar del maguey conocido como agua miel, y que tradicionalmente es conocida como la “bebida de los Dioses”, se mantiene en el gusto de la población del norte del valle de Toluca.

Silverio, habitante del municipio de Temoaya, quien es productor y comerciante de este producto desde hace 30 años (Foto: Manuel Luna).

Para Silverio, habitante del municipio de Temoaya, quien es productor y comerciante de este producto desde hace 30 años aprendiendo de su padre y su abuelo, el pulque forma fundamental en su vida diaria:
“-Me enseñaron- mis abuelitos, y de mi abuelito mi papá (…) vamos sembrando y vamos comprándole a los vecinos, los que ya tienen los magueyales ya listos para el pulque les vamos comprando, unos poquitos vamos sembrando y así vamos juntando todo lo que es el pulque”.

Su economía se fundamenta en la venta del pulque, por lo que han aprendido sobre los mejores momentos para su venta, la cual se incrementa en días calurosos, sin embargo, también deben tener pleno conocimiento para mantener la calidad del mismo ya que durante las lluvias se debe tener especial cuidado:
“La mera verdad, tapando lo que es el maguey con su ‘naylito’, con una piedrita en medio y ya le haces la formita así de una casita que tenga su pendiente del agua, pues ya no cae mucha agua, pero si no le buscas obvio que si le va a entrar agua”.

La producción por día de agua miel de acuerdo con Silverio se encuentra entre 2 y 6 litros por maguey al día, dependiendo de su edad, mientras que las ventas son variables por el clima y su distribución la realiza de casa en casa en municipios vecinos:
“Le vareo, por ejemplo hoy me tocó aquí, mañana en Xona, el día sábado igual aquí, el domingo en San Pablo, lunes pues allá por San Andrés, martes en San Pablo, miércoles allá por Lerma”.

Finalmente, detalló que a pesar de la pandemia, no detuvo la venta del pulque para poder tener un ingreso en su hogar:
“Si no, ¿Cómo íbamos a comer?, aunque 5-10 litros que vendíamos pero traíamos frijoles, para lo que se necesitaba en la casa,
porque eso de quedarte, dicen por ahí: “quédate en casa”, pero imagínate, si nadie te apoya, ¿Cómo íbamos a sobrevivir, a poco te vas a alimentar de puro aire o puro sol? finalizó.

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