Este miércoles la atención mundial está concentrada en el inicio del cónclave para elegir nuevo Papa en la iglesia Católica.
Es un rito que se remonta al siglo XIII, establecido para proteger la elección papal de influencias externas y asegurar un proceso cerrado y consensuado entre los cardenales electores. De hecho, el término «cónclave» significa literalmente «cerrado con llave», reflejando la privacidad y solemnidad del evento.
Durante el cónclave, los cardenales realizan rituales como la procesión, la misa pro eligendo Pontifice, y el juramento de mantener el secreto y defender la libertad de la Santa Sede. Además, la señal visible para el mundo -el humo blanco que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina-.
Para los que no son católicos la elección del Papa atrae la atención internacional porque el pontífice es una figura con gran influencia en temas éticos, sociales y políticos a nivel global. Su postura puede afectar debates sobre derechos humanos, justicia social, medio ambiente y relaciones internacionales.
El Papa tiene un rol clave en promover la paz y la justicia social, lo que puede influir en la agenda internacional y en la forma en que se abordan crisis sociales y conflictos. Entre los países católicos el Papa marca la agenda sobre temas cruciales como pobreza, migración, cambio climático y valores familiares, que suelen influir en las políticas públicas y legislaciones de países.
Tiene lugar pues la elección del líder espiritual de más de mil millones de personas que puede moldear los debates sociales y la convivencia global con significado histórico, religioso y político.