Al intenso tráfico que se registra todos los días, y la mayor parte del tiempo, en el Valle de Toluca se agrega el ruido proveniente de la actividad humana y comercial. Pero son las industrias y el sistema de transporte público de pasajeros los que más escandalizan en la ciudad.
Desde luego, pensar en una ley que surta efecto en la regulación de los decibeles que propician empresas, fábricas y camiones es un sueño, la contraparte son afectaciones a la salud humana empezando por el oído, estrés, ansiedad e inclusive problemas cardiovasculares.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, en ciudades mexicanas llegamos a superar hasta 20 puntos a los 65 decibeles tolerables.
Es momento de hacer cada cual nuestra parte y podemos empezar por el claxon; no activarlo cada vez que alguien se nos atraviese o porque el de adelante no avance. Hagámoslo por salud y tranquilidad. Estar sin ruido es un derecho de todos.
Escucha a Patricia Maldonado. Dale play: