El teléfono celular se ha vuelto la herramienta de uso más común de las personas y en todos los espacios, incluyendo el educativo. En México nueve de cada diez personas tienen celular y el promedio de uso es de siete horas.
Hoy por tanto, vemos a los jóvenes utilizando el celular antes, durante y después de las clases con todo y prohibiciones. Es decir, recurren al aparato para escribir mensajes, revisar información y jugar.
Lo anterior ha hecho que la atención no esté dada hacia quien está hablando o profesor y en cambio solo le oigan y tomen fotografías a su exposición. Las clases se han tornado complejas quedando atrás el estudiante que veía y hacía anotaciones de las clases o atendía solo al profesor.
¿Llegó pues momento pues de dar vuelta a la página y facilitar el uso del celular como herramienta creativa?, ¿de que el maestro y la atención hacia él dejen de ser prioritarias?, ¿o es mera manía de los alumnos el uso del celular.
Escucha el comentario de Patricia Maldonado:
