Este día traemos a la memoria el temblor de 1985 que afectó principalmente a la capital del país con la pérdida de vidas y derrumbe de casas y edificios. Y en ello, un fenómeno que tuvo lugar fue la salida de la ciudad de al menos cien mil personas debido a los daños y la falta de servicios básicos, así como de la inseguridad que se generó. La gente tuvo que buscar nuevos comienzos en otros lugares del país y uno de estos fue Toluca.
De acuerdo con el recuento, en esta ciudad capital, sobrevino una presión significativa de los servicios públicos y la infraestructura existente y se registró la proliferación de asentamientos informales. Otros se fueron a los municipios mexiquenses de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tlalnepantla, Chimalhuacán y La Paz.
A esto hay que agregarle que las personas allegadas a nuestro territorio presentaban, en muchos casos, trastornos de estrés postraumático, ansiedad y depresión por la experiencia vivida, haberse quedado sin propiedades, pérdida de trabajo y cambiar de residencia.
Parece olvidado pero, aparte de las miles de personas que fallecieron, hubo cientos de damnificados, botes epidémicos y enfermedades infecto-contagiosas; se suspendieron las actividades escolares para una tercera parte de la población estudiantil y faltó agua, luz y recolección de basura.
El temblor de 1985, que el próximo año cumplirá 40 años, dejó saldo trágico por el lado que se le vea y evidenció la vulnerabilidad de las construcciones urbanas, la negligencia y mala calidad en obras.