Seguimos de conmemoraciones este mes de mayo y toca el Día del Maestro. Y la docencia como tal es un área que hoy está amenazada por la inteligencia artificial debido principalmente a la automatización de ciertas tareas educativas y administrativas. La inteligencia artificial puede realizar por ejemplo, evaluaciones, personalizar contenidos y ofrecer retroalimentación instantánea, funciones que han dependido del docente.
Esto hace necesario que los profesores se actualicen en competencias digitales y de razonamiento complejo, alineándose con las demandas del mercado laboral futuro, que muchos no quieren o no están dispuestos a hacer. Y por otro lado, que se promueva la inclusión de estudiantes con necesidades especiales mediante herramientas adaptativas.
Así, el papel del profesor estaría centrándose más en la gestión de tecnología que en la enseñanza directa, lo que podría deshumanizar el proceso educativo y afectar la motivación y el compromiso de estudiantes. También se advierte que haya un uso excesivo de la inteligencia artificial.
Pero es justamente el valor que logren darle a la tecnología lo que hará la permanencia de los profesores. Y es que la formación crítica es irreemplazable conjuntamente con las habilidades humanas entre las que se encuentran la empatía, la creatividad y la interacción social, esenciales para una educación de calidad y que no pueden ser replicadas por máquinas. El avance tecnológico no se puede frenar y reinventarse como profesor para hacerle frente es una necesidad inmediata.
