Uno de los temas de revisión que dejaron las elecciones del primero de julio es las votaciones de mexicanos en el extranjero. A los que vivimos en México nos resulta un gasto innecesario invertir los votos de los paisanos pues, independientemente de a quienes elijan como gobernantes, no los gobernará a ellos.
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En cambio, de parte de los mexicanos fuera del país, su sentido del derecho al voto busca la protección de sus familias residentes en México y del dinero que les envían.
Así pues, tenemos un registro cercano a cien mil paquetes de votantes provenientes en más del 93 por ciento de Estados Unidos con un costo de 33 dólares o 650 pesos cada uno. De la otra parte, los residentes en Estados Unidos mandan a México alrededor de 25 mil millones de pesos al año para la manutención de sus familias.
Tendríamos que encontrar por tanto, un punto de equilibrio. Y este podría ser la importancia en la vida democrática en México. Sobre ello, Franklin Delano Roosvelt escribió que “La aspiración democrática no es una simple fase reciente de la historia humana. Es la historia humana”.
