La madre de todas las batallas

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El estado de México y Coahuila son los únicos reductos políticos que le quedan al PRI. Durango se sumará cuando Esteban Villegas Villarreal asuma el gobierno. Serán tres los estados que gobierne el Partido Revolucionario Institucional. La mínima expresión del tricolor, el que fuera partido hegemónico y “dictadura perfecta”.

Las elecciones del año entrante en el estado de México y Coahuila son ya el reto más importante que tendrá el PRI en la historia contemporánea.

Se antojan varias lecciones de las elecciones para la clase gobernante del estado de México, en lo particular. Que tienen como punto de partida varios cuestionamientos: ¿es el género una condición determinante?, ¿que injerencia debe tener la dirigencia nacional y los liderazgos nacionales en la candidatura y definición de estrategias?, ¿qué peso específico le corresponde al gobernador del estado?

Estas cuestiones, y otras que surgen más incisivas a partir de hoy, se responderán en los próximos meses. Seis, a lo sumo.

Otras, como la dinámica que el escenario preelectoral plantea en términos de posicionamiento de los gobiernos, los partidos y los aspirantes, así como la conformación de alianzas, tiene un plazo más corto. ¿Hasta que punto están dispuestos PRI, PAN y PRD a ir juntos?, ¿A qué le darán prioridad: a la candidatura, a la ideología, al dinero? ¿Qué relación y comunicación entablarán con la sociedad?

Y naturalmente, qué aprendizajes les dejó la elección del 5 de junio.

Desde luego, también para Morena también serán elecciones cruciales. Tanto en Coahuila como en el estado de México los gobiernos estatales han emanado del PRI desde el periodo posrevolucionario. ¿Qué oportunidades se abren para Morena en el estado de México?

Es sabido que en nuestro sistema político impera el presidencialismo, así que será natural que en las definiciones morenistas predomine más el criterio del jefe máximo que la importancia de los liderazgos y grupos locales, a diferencia de lo que podría ocurrir en sus adversarios.

En Morena, además, es visible que hay un grupo predominante —a pesar de que hay gobernantes locales que han levantado la mano—, lo que propone un escenario de unidad, independientemente de la definición.

¿Será la administración delmacista la última ininterrumpida del tricolor? ¿El PRI defenderá su último reducto o permitirá que ocurra lo que sucedió en Hidalgo? ¿Morena está listo para jugar por todas las canicas? ¿A qué costo pagaremos los mexiquenses la madre de todas la batallas?

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