Aunque aún no es oficial el triunfo de una de las dos candidatas que contendieron a la gubernatura por el estado de México, lo que hay que tener en cuenta es que, antes de pensar en el cumplimiento de promesas de campaña, pasarán tres meses para que la ganadora asuma el cargo. Después vendrá la ocupación de puestos en las secretarías de estado, subsecretarías, direcciones generales, direcciones, subdirecciones y jefaturas de departamento, junto con eventuales cambios en la estructura de gobierno, los nombres de las dependencias y posible desaparición de algunas. En este lapso de tiempo también se tiene que ir desarrollando la entrega-recepción de la administración estatal por parte del gobierno en turno y la comisión que designe la gobernadora entrante.
Posteriormente está el ajuste o reacomodo de los programas de gobierno y la definición de montos presupuestales en noviembre próximo y que esto lo apruebe la Cámara de Diputados. Como tal, sabremos entonces de acciones y recursos ofrecidos hasta el año próximo año.
Ahora bien, la función de los votantes tiene que ser la de estar atentos para que se cumpla lo que se prometió; que no quede en papel, declaraciones, frases, palabras al aire o la basura. Que no sea un engaño o una mentira. Los electores nos debemos hacer valer nuestro voto; exigir informes regulares y específicos de cumplimiento de promesas de campaña.
