Qué bueno que cada vez más haya en esta ciudad pintas de paredes en las que se invita a evitar el maltrato a los animales. Pero, ¿en dónde hay bardas o muros en los que se pida frenar el abuso a los niños?
Por supuesto que los animales tienen que ser respetados y deben vivir en las condiciones que requieran según su especie.
El problema es que a veces somos una sociedad hipócrita: que habla y escribe de derechos pero no los practica.
Seis de cada 10 niños han sufrido maltrato en algún momento de su vida, con base en las cifras de la Unicef. Lo mismo han sido abusos físicos, sicológicos, sexuales, de desatención o negligencia. Se trata de seres humanos que a veces tratamos como animales.
Si vamos a abogar por los derechos, empecemos por los de nuestra especie.
