Los recorridos en tránsito desde el hogar a los centros de trabajo se establecen como los principales espacios de violencia para las trabajadoras en el Valle de Toluca, de acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo, en México cada año se pierden poco más de 14 mil 600 millones de pesos en descuentos por retardos, fluctuación del personal, bajo rendimiento, ausentismo y bajas laborales derivadas de los escenarios de violencia que sufren las mujeres.
El diagnóstico desarrollado por el Patronato de Empresarios del Estado de México en coordinación con Comecyt “Percepción de las violencias contra las mujeres: Espacio Laboral, espacio privado y espacio público; análisis interseccional de las violencias y construcción de las posibles respuestas para las mujeres que laboran en la Zona Industrial del Valle de Toluca” revela que el 60 por ciento de las colaboradoras encuestadas ha sido víctima de algún tipo de violencia en trayecto, miradas lascivas, toma de fotografías, tocamientos y persecución son los hechos más recurrentes.
En lo que refiere a los centros laborales, el mayor número de casos de acoso se manifiestan de colaboradores con el mismo rango, en el 52 por ciento de los casos, las mujeres refieren que no tienen las mismas oportunidades que los hombres por ser mujeres, el 8.7 por su formación académica y el 14.5 por tener menor experiencia.
En promedio las colaboradoras que trabajan en los tres parques industriales analizados (Parque Inn, Exportec y Toluca 2000) tienen 34 años, un ingreso mensual de 10 mil pesos y entre 8 y 9 años de escolaridad formal, el 50 por ciento de ellas además son madres de familia que en promedio destinan 45 minutos diarios para desplazarse de sus hogares a sus centros laborales.
María de Lourdes Medina Ortega, presidenta del Patronato de Empresarios del Estado de México, refirió que se trata de un documento que permite marcar un mapa de ruta para establecer políticas públicas y acciones desde el sector privado que permitan equilibrar la balanza y ofrecer oportunidades de desarollo en lo económico y profesional para las mujeres.
«Es un esquema integral de atención, en donde las mujeres estén capacitadas para detectar escenarios de violencia, denunciarlos, pedir acompañamiento y desarrollar un mejor entorno para ellas y su familia».
El proyecto tendrá una segunda etapa en que se puedan diseñar acciones específicas que involucren a las autoridades para la atención de espacios públicos así como esquemas de atención, denuncia, seguimiento y capacitación en las empresas.