Hoy 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad y las preguntas obvias son, ¿qué es la felicidad? Y, ¿se es feliz? Algunos teóricos como Aristóteles creían que la felicidad era alcanzar el potencial humano máximo; Epicuro hablaba de la ausencia de dolor y el placer moderado; Sigmund Freud lo relacionaba con la capacidad de amar y trabajar de manera productiva y Abraham Maslow aludía a la satisfacción de las necesidades básicas, sociales y de autorrealización.
En nuestros días se habla del bienestar emocional, la autenticidad, la autoexpresión y las relaciones interpersonales, de tener un propósito, pero también del consumismo o materialismo que nos dan placer y gratificación instantánea, reconocimiento, estatus e identidad personal. Hablando de dinero, contribuye a ciertos aspectos que nos satisfacen como la seguridad financiera, la comodidad y el cumplimiento de deseos pero la cantidad no nos otorga bienestar.
Como podemos ver, la felicidad es un estado emocional y subjetivo, radica en la percepción de cada uno, en sus valores y prioridades, circunstancias propias, y puede cambiar con el tiempo. Por algo se dice que la felicidad está en ti: en tu actitud y perspectiva. La felicidad no es tener lo que quieres sino querer lo que tienes, según una frase anónima.