En México se desarrollan 5 vacunas COVID-19, pero falta de recursos frena fase 1

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Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Tecnológico de Monterrey, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados y la Universidad Autónoma de Querétaro han desarrollado cinco diferentes vacunas contra COVID-19, pero la falta de recursos y de laboratorios especializados en México, ha impedido que las 4 candidatas más avanzadas comiencen a realizar las pruebas en humanos; por lo que prevén será hasta el próximo año, cuando arranquen los estudios clínicos de Fase 1, esto de acuerdo con el portal de ciencia y tecnología, Agencia ID.

Los líderes de las investigaciones han buscado maneras de financiar sus proyectos, debido al poco apoyo que han recibido de las autoridades (Foto: Especial).

Se han hecho con muy pocos recursos, ha sido el apoyo de la SRE y algunos extras, yo esperaría que una vez en la fase clínica el Conacyt, la SRE y el gobierno apoyen, pero además necesitamos tener la infraestructura para responder a cualquier otra pandemia”, señaló Esther Orozco, coordinadora del grupo técnico-científico que representa a México ante la Coalición para las Innovaciones de Preparación para Epidemias (CEPI).

Investigadores líderes de los cinco proyectos de vacuna, destacaron que la gran mayoría de estos proyectos ha buscado cómo autofinanciarse, además de establecer métodos de donación en cada una de sus instituciones, pues los recursos que recibieron del gobierno mexicano, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), impulsado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, se han agotado en los estudios a nivel molecular.

Así lo señalaron Edda Sciutto, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM; Laura Palomares, del Instituto de Biotecnología de la UNAM; Beatriz Xoconostle, del Cinvestav; Manuel Aguilar, del Tec de Monterrey; Juan Joel Mosqueda, de la Universidad Autónoma de Querétaro; y Esther Orozco, del Cinvestav, durante el encuentro virtual, “México en la carrera por la vacuna covid-19” organizado por MILENIO.

“Para comenzar el proyecto aún necesitamos 1 millón 150 mil dólares para el estudio clínico, hasta ahora hemos financiado entre todo el equipo y otras fundaciones que nos han apoyado” puntualizó José Manuel Aguilar, investigador del Tec de Monterrey, líder de la Iniciativa Jonas Salk, del Instituto Gould-Stephano, cuyo inicio de la Fase 1 estaba previsto arrancar desde el pasado mes de octubre y se prolongó hasta abril del 2021.

Por su parte, Juan Joel Mosqueda, investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro, aseguró que para iniciar con los estudios clínicos se requieren laboratorios nivel 3, los cuales son más sofisticados y existen pocos en el país.

​Al respecto, Beatriz Xoconostle, del Cinvestav, señaló que en lo que se va de manera más rápida el recurso es en la fase clínica y que, en ese sentido, ellos necesitarían un monto de 1 millón y medio de dólares.

La investigadora destacó que a pesar de las primeras compras de la vacuna covid de Pfizer-BioNtech, y acuerdos con otros laboratorios extranjeros, México debe tener su propia vacuna mexicana.

Por su parte, Laura Palomares del Instituto de Biotecnología de la UNAM destacó que “es en la desgracia que surgen grupos como éstos, no avanzando como el extranjero porque nuestros recursos son otros, pero convencidos de que podemos hacerlo en el país”, puntualizó.

El Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrolla una vacuna basada en tecnología recombinante; a cargo del proyecto están la Dra. Laura Palomares y el Dr. Tonatiuh Ramírez.

Edda Sciutto y Juan Pablo Laclette del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM desarrollan una vacuna recombinante contra covid-19, la cual han desarrollado en alianza con Neolpharma, un laboratorio mexicano.

Mientras que Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav también desarrolla una vacuna recombinantes para prevenir infección por SARS CoV-2, diseñada sobre regiones que neutralizan al virus.

Xoconostle Cazares espera iniciar los estudios clínicos de Fase en Febrero; este mismo proyecto tiene la ventaja que usa un sistema de producción clásico ya aprobado por la FDA y la COFEPRIS.

La Universidad Autónoma de Querétaro propone una vacuna basada en la generación de proteínas quiméricas, a partir de la proteína S de la superficie del virus, el proyecto es liderado por el doctor Rafael Mosqueda.

La Iniciativa Jonas Salk del Instituto Gould-Stephano, que integra a investigadores del Tec de Monterrey, la Universidad de Baja California, y el Instituto Politécnico Nacional, es liderada por José Manuel Aguilar, y desarrollan una vacuna de ADN a partir de la proteína Spike del virus SARS CoV-2.

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