¿Se podrá?

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Por razones que no viene al caso comentar, estuve en la ciudad de Puebla, la capital del estado del mismo nombre.

Me ha dado harta envidia. Nada de que envidia de la buena (que no existe), envidia de esa que supura por los poros cuando me di cuenta de lo mucho y bien que ha crecido la cuarta zona metropolitana del país.

Hace unos cinco años que no visitaba Puebla. Y en unos cuantos años ha cambiado radicalmente, para convertirse en una ciudad de primera: amplias vialidades, limpieza, señalización, carriles para bicicletas, nuevos museos, más parques y jardines, transporte masivo moderno, servicios públicos suficientes, instalaciones comerciales por doquier, gran oferta de hospitales públicos, infraestructura educativa de vanguardia y una extensa oferta turística… una ciudad rejuvenecida, con el toque antiguo y en buen estado de conservación de su centro histórico y de otros puntos de interés.

No sé cómo estará el resto del estado de Puebla, pero la capital poblana luce remozada y muy distinta a la de hace un lustro.

Así que en medio de mi envidia, no me ha quedado mas que preguntarme si en la quinta zona metropolitana del país nos merecemos algo así. Tal vez no el cambio ni la modernidad, sino vivir en una ciudad flamante, digna y de la que podamos sentirnos orgullosos.

Porque en buena medida Puebla está así porque los poblanos se siente ufanos de su ciudad, la cuidan y la fomentan. Desde el gobierno, en primer lugar, pero en cada uno de quienes ven una transformación positiva y de la que pueden presumir. Ojalá que algún día le toque algo así a Toluca. Le hace falta.

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