Christian Drosten es director del Instituto de Virología del Hospital Charité de Berlín y fue uno de los científicos que identificó el virus SARS en 2003. Como jefe del laboratorio de referencia sobre coronavirus del instituto alemán de salud pública, se ha convertido en el principal experto del gobierno en el virus que ha causado la pandemia actual, esto de acuerdo al portal de ciencia y tecnología, Agencia ID.
En una entrevista, Drosten, además de admitir que teme una segunda ola mortal del virus, señala un animal, poco mencionado por los científicos hasta ahora, como posible origen del brote mundial de COVID-19.
Cuando hablamos de dónde vino el virus SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus, los argumentos científicos apuntan que es una zoonosis vírica originada en un murciélago que transmitió el virus a otro mamífero intermedio, probablemente un pangolín de acuerdo con el genoma del coronavirus encontrado en estos animales, que lo transmitió hasta los humanos.
Esta hipótesis sigue la estela del origen de otros coronavirus recientes que han causado estragos en las poblaciones humanas.
Sabemos que en algunos casos los humanos adquirimos el virus directamente de un animal: civetas en el caso del SARS-CoV-1, una especie de coronavirus que causa el síndrome respiratorio agudo grave que surgió en 2003 en los países del sudeste asiático, y camellos en el caso del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), detectado por primera vez en Arabia Saudí en 2012.
Drosten en la citada entrevista reflexiona sobre el origen del nuevo coronavirus. Preguntado sobre si podemos decir con certeza que la pandemia comenzó en China, este experto responde que cree que sí. “Por otro lado, no asumo que comenzó en el mercado de alimentos en Wuhan. Es más probable que haya comenzado donde se crió el animal, el huésped intermedio”.
Sobre este huésped intermedio, el diario inglés le pregunta si se refiere al pangolín. “No veo ninguna razón para suponer que el virus pasó a través de pangolines en su camino hacia los humanos”, responde. “Hay un artículo interesante de la literatura antigua sobre el SARS (en referencia al SARS-CoV-1 de 2003). Este virus se encontró en civetas, pero también en perros mapache (también conocido como mapache japonés), algo que los medios pasaron por alto”, matiza este experto.
“Los perros mapache son una industria masiva en China, donde son criados en granjas y capturados en la naturaleza por su pelaje. Si alguien me diera unos cientos de miles de dólares y acceso libre a China para encontrar la fuente del virus, buscaría en los lugares donde se cría perros mapache”, sentencia Drosten.
En relación con este tema, se le pregunta al experto si las actividades humanas son responsables de la propagación de los coronavirus de los animales a las personas. “Los coronavirus son propensos a cambiar de huésped cuando hay oportunidad, y nosotros creamos esas oportunidades a través del uso no natural de los animales como ganado. El ganado está expuesto a la vida silvestre, se mantiene en grandes grupos que pueden amplificar el virus y los humanos tienen un contacto intenso con ellos, por ejemplo a través del consumo de carne, por lo que ciertamente representan una posible trayectoria de aparición de los coronavirus”, apunta.
“Los camellos cuentan como ganado en Oriente Medio, y son el huésped del virus MERS, así como el coronavirus humano 229E, que es una de las causas del resfriado común, mientras que el ganado fue el anfitrión original del coronavirus OC43, que es otro tipo”, zanja Drosten.