Las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial son las únicas que se han utilizado en un conflicto bélico. Sin embargo, desde 1945, más de dos mil explosiones nucleares han tenido lugar en todo el mundo, realizadas con fines de prueba militar, investigación científica y desarrollo tecnológico.
Estas detonaciones permitieron a las potencias nucleares evaluar el rendimiento de sus armas, analizar los efectos de las explosiones y perfeccionar la tecnología nuclear.
Un mapa interactivo para explorar las detonaciones
Para comprender la magnitud de este fenómeno, existe el mapa interactivo ‘Nuclear detonations since 1945’, que muestra todas las explosiones nucleares desde 1945 hasta 2016. Esta herramienta educativa permite a los usuarios explorar cada detonación con información detallada sobre su ubicación, fecha y tipo.
Aunque el uso de armas nucleares en conflictos bélicos se limitó a Hiroshima y Nagasaki, las pruebas nucleares fueron esenciales para el avance de esta tecnología. Estas pruebas ayudaron a los países con capacidad nuclear a mejorar sus armas, comprender mejor los efectos de las explosiones y estudiar sus implicaciones tanto a nivel militar como científico.
Durante la Guerra Fría, el desarrollo armamentístico se intensificó, y las pruebas nucleares se convirtieron en un símbolo del poderío militar y político de las naciones.
Según la Federación de Científicos Americanos (FAS), hasta 1996, cuando entró en vigor el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), se realizaron dos mil 56 pruebas nucleares en todo el mundo. Aunque el número de detonaciones ha disminuido significativamente desde entonces, el legado de estas pruebas sigue presente, especialmente en las áreas afectadas por la contaminación radiactiva.