Estos alimentos mejoran la recuperación después de una cirugía

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La alimentación es importante en la recuperación.

Las intervenciones de cirugía plástica varían en complejidad y tiempos de recuperación. No es lo mismo recuperarse de un lifting facial que de una reconstrucción mamaria o de una liposucción. Pero hay algo común en todo proceso de recuperación: todas las personas quieren recuperarse lo más rápido posible y tratar de minimizar el tiempo de inactividad.

 

Aunque el paciente no debe acelerar los tiempos de recuperación de cualquier forma, sí que se pueden seguir una serie de pasos sencillos que pueden ayudar a restablecerse acortando fechas. Una elección nutricional correcta, ayuda a conseguir una cicatrización más rápida de las heridas y mitiga las posibilidades de que aparezcan complicaciones. Estas son algunas de las ventajas de seguir una buena alimentación posoperatoria:

  • Compensa la pérdida de sangre sufrida durante el procedimiento quirúrgico
  • Ayuda a que las incisiones se curen y se cicatricen
  • Proporciona las materias primas que necesita el sistema inmunológico para protegerse de posibles infecciones
  • Aumenta el nivel de energía
  • Ayuda a reparar la piel, los vasos sanguíneos, los músculos y los huesos

 

Los alimentos ricos en fibra ayudan a estabilizar los procesos digestivos reduciendo el riesgo de estreñimiento, un efecto secundario relativamente común tras una cirugía. Los alimentos recomendados son: pan integral, frutas, verduras y ciertos cereales ricos en fibra. Además, deben evitarse los alimentos deshidratados o procesados, los productos lácteos, las carnes rojas y los dulces.

Proteínas

Después de la cirugía, el tejido muscular está dañado y necesita repararse. La ingesta adecuada de proteínas ayuda al cuerpo a reconstruir los tejidos corporales. Los vegetarianos y los veganos deben buscar proteínas en las almendras, el tofu, el seitán y el tempeh. Mientras que los pacientes con inclinaciones carnívoras deben evitar las carnes rojas debido a los altos niveles de grasas saturadas que contienen, apostando por carnes magras como el pollo, el cerdo y el marisco.

Vitamina A

Una ingesta adecuada de vitamina A favorece la formación epitelial y ósea, además de mejorar la función inmune general. Los alimentos de hojas verdes como la col rizada o las espinacas son una rica fuente de vitamina A. Otros alimentos ricos en este tipo de vitamina son la zanahoria, la calabaza o el pimiento. La vitamina A es soluble en grasa, así que para favorecer una absorción óptima es recomendable consumir este tipo de alimentos con un poco de grasa. Por ejemplo, se puede preparar la col rizada con un chorretón de aceite de oliva virgen extra.

 

Vitamina C

Además de aumentar la formación de colágeno, la vitamina C promueve la función inmune y actúa como un antioxidante para el tejido, bloqueando los efectos nocivos de los radicales libres. La vitamina C es soluble en agua y requiere de un consumo continuo, ya que las cantidades residuales de vitamina C son expulsadas del cuerpo en nuestra orina. Los alimentos ricos en vitamina C son las frutas cítricas, el kiwi, el mango, el brócoli y las patatas.

Alimentos ricos en Zinc

La calabaza y las semillas de sésamo son una excelente fuente de zinc. El zinc es necesario para mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico. El cuerpo requiere de zinc para desarrollar y activar las células que participan en el proceso inmunológico. El zinc también es importante para la cicatrización de las heridas, ya que es un mineral necesario para la síntesis de proteínas y el crecimiento celular.

No hay que olvidarse de beber agua

Una hidratación adecuada es fundamental para una buena nutrición diaria, especialmente cuando el cuerpo se está recuperando de una cirugía. Un consumo adecuado de agua permite limpiar las impurezas, estabilizar el metabolismo, reducir el dolor en las articulaciones, además de ayudar a combatir la fatiga.

*NCyT

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