Investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) han demostrado cómo una mezcla compleja de compuestos vegetales derivados de la práctica clínica de la China antigua -medicina tradicional china- trabaja para matar células cancerosas.
El compuesto inyectable Kushen (CKI) está aprobado para su uso en China para el tratamiento de diversos tumores de cáncer, por lo general como complemento de la quimioterapia occidental, pero no se sabe cómo funciona.
El estudio australiano es uno de los primeros en caracterizar la acción molecular de una medicina tradicional china en lugar de analizar sus partes constituyentes.
«La mayoría de la medicina tradicional china se basa en cientos o miles de años de experiencia de uso en China», dice el líder del estudio, el profesor David Adelson, director del Centro de Zhendong Australia-China sobre la Base Molecular de la Medicina Tradicional China.
Los investigadores utilizaron tecnologías de secuenciación de alto rendimiento de próxima generación para identificar los genes y las vías biológicas a las que se dirige CKI cuando se aplica a células del cáncer de mama cultivadas en el laboratorio.
«Hemos demostrado que los patrones de expresión de genes activados por CKI afectan a las mismas vías que la quimioterapia occidental, pero actuando sobre diferentes genes de esas vías», dice el profesor Adelson.
«Estos genes regulan el ciclo de división y muerte celular, y parece que CKI altera la forma en que está regulado el ciclo celular para empujar las células cancerosas por la vía de la muerte celular, matando por lo tanto a esas células.»