Estudiantes del Instituto Tecnológico de Veracruz (Itver) —que forma parte del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)— crearon un proceso de bajo costo para obtener paclitaxel, un fármaco empleado desde hace más de 45 años para el tratamiento de cáncer, que no se fabrica en nuestro país y que actualmente tiene un elevado precio.
Quimioteraxol es el proceso diseñado por el equipo del Itver que, mediante el cultivo de células vegetales de tejo mexicano (Taxus globosa), genera el compuesto activo de paclitaxel, fármaco utilizado para el tratamiento de pacientes con cáncer de pulmón, mama y ovario.
Esta técnica de producción se encuentra en el cuarto nivel relativo de la tecnología, es decir, validado en laboratorio, y va dirigido al mercado farmacéutico mexicano, con el objetivo de reemplazar su importación y hacer más accesible el tratamiento para pacientes con cáncer.
El equipo formado por Daniel Zavala Ortiz, estudiante del doctorado en ciencias de los alimentos; Mauro Martínez Moreno, de la carrera de ingeniería bioquímica; Juan Díaz Rangel, de ingeniería eléctrica; Rodolfo Bazán de la Cruz y Yerarli Pérez Salazar, con maestría en ingeniería bioquímica, además de los asesores del proyecto, la doctora María Guadalupe Aguilar Uscanga y el doctor Javier Gómez Rodríguez, concedieron una entrevista a la Agencia Informativa Conacyt para comentar detalles sobre el trabajo de investigación.
La complejidad para su elaboración y su escasez en el mercado nacional —ya que no es fabricado en México y su importación está supeditada a excedentes del extranjero— han ocasionado que este medicamento tenga un precio muy elevado. Quimioteraxol es el empleo de una línea celular derivada de un árbol del género Taxus globosa, especie mexicana, para la producción continua del antitumoral. Actualmente, el laboratorio de bioingeniería cuenta con un banco de líneas celulares vegetales disponibles para el sector industrial que desee asociarse para la fabricación de un fármaco.
El equipo de estudiantes que conforman este proyecto afirma que la fabricación de este fármaco en territorio mexicano supone un beneficio social y económico.
“El precio ronda desde los 800 hasta los seis mil pesos. Si se produce en México, habrá más disponibilidad y eventualmente los precios disminuirán. Las farmacéuticas nacionales, o que están instaladas en el país, podrían explotar este vacío que existe del antitumoral para ofertarlo o maximizar sus inversiones en la producción de este, ya que hay una alta demanda de él, pero no hay un proveedor seguro aquí”.
“Comparando la tecnología de las industrias que ya producen el medicamento en el extranjero con la que hemos desarrollado en el laboratorio, nuestra producción de paclitaxel está cerca de nueve miligramos por litro al día. La tecnología que ya desarrollamos en el laboratorio es un proceso que es patentable. La siguiente fase es hacer pruebas a nivel planta piloto para que se haga la transferencia de esta tecnología a las farmacéuticas interesadas”, informó Rodolfo Bazán de la Cruz, estudiante de maestría en ingeniería bioquímica.
De acuerdo con el artículo «Paclitaxel, descubrimiento, propiedades y uso clínico», de la Universidad de Barcelona, los taxanos (paclitaxel y docetaxel) se unen a los microtúbulos, que son estructuras flexibles que participan dinámicamente en el proceso de la división celular y los convierten en estructuras estáticas, lo que impide la división celular y, de esta manera, mata las células.
Las células cancerosas se dividen con más frecuencia que las normales, así que estos medicamentos primero atacan las tumorales. Sin embargo, existen células normales que presentan una tasa de proliferación elevada, por ejemplo, los linfocitos y las células del cabello, que con frecuencia son afectadas. Así que los efectos colaterales de los taxanos son la depresión del sistema inmune, retraso de las sensaciones nerviosas, náuseas y pérdida del cabello.
Quimioteraxol fue presentado en el evento nacional estudiantil de Innovación Tecnológica 2016, celebrado en el Instituto Tecnológico de Pachuca, del 22 al 25 de noviembre de 2016, donde ganó en una competencia frente a 266 universidades pertenecientes al sistema del Tecnológico Nacional de México, donde participaron más de cuatrocientos proyectos y mil quinientos estudiantes.