La desesperación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia la migración de Centroamérica a su país llegó a un punto máximo. Ahora recurre a vituperios y rabietas con aquello de que “cerrará la maldita frontera” con México si no se les detiene.
No cabe duda que el mandatario está dispuesto a mantener un discurso de odio hacia los migrantes basado a su vez en prejuicios, mitos y suposiciones porque cifras no tiene.
La migración del llamado Triángulo del Norte se hace también por desesperación pero en su caso debido a la inestabilidad política de las naciones que lo conforman: Guatemala, Honduras y El Salvador, así como las guerras civiles, la falta de desarrollo económico y a la permanente violación a los derechos humanos.
De manera paralela a la difusión de Estados Unidos del llamado “Sueño Americano” desde mediados de los años 80. Los centroamericanos están dispuestos a aceptar los trabajos de bajo nivel o a modo de sirvientes que les pueden ofrecer los estadounidenses; buscan una existencia digna.
Escucha aquí el comentario de Patricia Maldonado:
