En esta temporada, el golpe de calor es uno de los daños a los que puede estar expuesta la población, principalmente niños menores de cinco años y los adultos mayores, por la exposición prolongada a altas temperaturas.
Los signos de alarma de un golpe de calor son: piel caliente y seca pero no sudorosa, confusión o pérdida del conocimiento, vómitos frecuentes, falta de aire o problemas para respirar.
La temperatura en la que se puede producir un golpe de calor varía según el individuo. Las personas mayores de 60 y los niños menores de cinco años son más vulnerables, las personas con alguna discapacidad física o psíquica, los enfermos crónicos y los pacientes cardíacos.