El exilio es una pesadilla de la cual los afectados no despertamos nunca, es una realidad desgarradora y demoledora que afecta a todo el mundo, es verdaderamente oprobioso y humillante, coincidieron los escritores Mohsen Emadi, de Irán; Eduardo Milán, de Uruguay, y Philippe Ollé-Laprune, de Francia.
Al hablar sobre el exilio, en el marco del Programa “Abril, mes de la lectura” de la Universidad Autónoma del Estado de México, afirmaron que “el exilio no mata a los escritores, ¡los calla!”; en el destierro, expresaron, hay nostalgia, ruptura, un mundo que se queda atrás, pero también hay enriquecimiento.
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM, consideraron que México creció mucho con la llegada de exiliados: judíos, palestinos, españoles, argentinos, chilenos y uruguayos, entre otros; por ejemplo, indicaron, los refugiados españoles fundaron las mejores editoriales del país y con ello, fortalecieron el trabajo académico de esta nación.
Eduardo Milán -poeta, ensayista y crítico uruguayo radicado en México- resaltó que en nuestro país, al igual que en todo el mundo, el ejercicio del autoritarismo por parte de ciertas estructuras de poder, del sometimiento sobre las poblaciones, es aún vigente.
Por otra parte, sostuvo que el libro más iluminador sobre la idiosincrasia de la literatura mexicana no lo escribió Octavio Paz, Revueltas o Carlos Fuentes; es autoría del escritor, traductor y editor francés Philippe Ollé-Laprune y se trata de México: visitar el sueño, publicado en 2011 por el Fondo de Cultura Económica.
Es, abundó Eduardo Milán, “un libro que toca algo esencial de la literatura mexicana, que uno no puede leer en los grandes escritores y críticos de México porque lo tienen demasiado encima, participan de ese fenómeno y para verlo es necesario tomar una gran distancia”.