Experimento científico demuestra que el silencio también tiene sonido

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El silencio, tradicionalmente entendido como la ausencia de sonido, ha sido objeto de exploración en diversos campos, desde la literatura hasta la música y la ciencia.

La investigación demostró que el cerebro procesa la ausencia de ruido de manera semejante al sonido, lo que plantea nuevas perspectivas sobre la percepción sensorial (Foto: Especial).

Sin embargo, estudios científicos recientes sugieren que el cerebro humano procesa el silencio de manera activa al igual que los sonidos, lo que abre nuevas perspectivas sobre su papel en nuestra percepción sensorial.

Al ser un fenómeno complejo que ha despertado el interés de investigadores, músicos y escritores, diversas disciplinas han explorado cómo se percibe y experimenta el silencio, lo que desafía la idea de que este representa únicamente un vacío.

Según un estudio, el silencio puede percibirse como una experiencia auditiva, similar a como se procesan los sonidos. Rui Zhe Goh, uno de los autores del estudio, explicó que “el mismo procesamiento cognitivo que se produce con el sonido también se desencadena en los momentos de silencio”.

Este hallazgo sugiere que el sistema auditivo trata el silencio de manera comparable a los sonidos, lo que abre nuevas perspectivas sobre cómo experimentamos el mundo a través del oído.

De acuerdo con el estudio, los investigadores llevaron a cabo experimentos en los que los participantes fueron expuestos a “ilusiones de silencio” que consistían en reemplazar sonidos por pausas silenciosas, logrando que los participantes experimentaran el silencio de manera similar a como percibían los sonidos.

Los resultados demostraron que el silencio no es simplemente una ausencia, sino que puede ser interpretado por el cerebro como una presencia activa. Este descubrimiento no sólo tiene implicaciones científicas, sino que también conecta con exploraciones artísticas previas sobre el silencio como las realizadas por el músico John Cage y el escritor Georges Perec.

Aunque este descubrimiento es relativamente reciente, diferentes personas se han cuestionado la percepción que tienen los humanos y tal fue el caso de artistas como John Cage o Georges Perec.

En sus obras, el silencio ha sido utilizado no sólo como un recurso expresivo, sino como un medio para reflexionar sobre la relación entre lo que se dice y lo que se omite. Desde la ciencia hasta la literatura, el silencio emerge como un concepto lleno de matices con la capacidad de transformar nuestra forma de experimentar el mundo.

En el caso del compositor estadounidense John Cage, su percepción del silencio revolucionó la idea que existía en la música con su obra titulada 4′33″. En esta pieza, presentada por primera vez en 1952, el intérprete no produce ningún sonido intencional durante cuatro minutos y 33 segundos.

Con esto, el compositor invita al público a escuchar los sonidos ambientales que ocurren durante ese tiempo, lo que demuestra que el silencio absoluto no existe y que incluso la ausencia de música puede ser una experiencia sonora.

Esta idea de Cage encuentra respaldo en la ciencia, ya que el cerebro procesa los momentos de silencio de manera activa, como si fueran sonidos.

La propuesta de Cage no sólo desafió las convenciones musicales de su época, sino que también abrió un debate sobre los límites del arte y la percepción aunque algunos compositores como Claude Debussy pensaban similar, pues consideraba que “el silencio entre las notas es la clave de toda la música”.

Después de que John Cage estrenara su obra, se convirtió en un referente para explorar cómo el silencio podía ser tan significativo como el sonido, un concepto que también resonó en la literatura de Georges Perec.

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