La tarde del pasado miércoles, se registró una explosión en el barrio de San Pedro, en Chimalhuacán, cuando un polvorín clandestino explotó en el interior de un domicilio particular. El siniestro, ocurrido alrededor de las 18:00 horas, entre las calles Inglaterra y Naranjo, se sintió y escuchó a varios kilómetros de distancia.
Las autoridades confirmaron que, hasta ahora, una persona herida falleció como consecuencia de la explosión, mientras que cinco más, incluidos tres menores de edad, resultaron con quemaduras graves. De manera extraoficial, se habla de un fallecido más, sin embargo, la información se encuentra en proceso.
Entre las víctimas se encuentra un bebé de ocho meses, quien, junto con otros dos menores fue trasladado al Hospital Pediátrico de Tacubaya en la Ciudad de México. Los demás lesionados fueron canalizados al Hospital General de Chimalhuacán, también conocido como “Hospital 90 camas”, para su atención médica.
El siniestro también dejó un saldo de seis viviendas afectadas y causó la muerte de varios animales domésticos. Durante varias horas, la zona estuvo sin suministro eléctrico, el cual fue restaurado posteriormente por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Vecinos del lugar reaccionaron rápidamente, intentando sofocar las llamas con cubetas de agua antes de la llegada de los cuerpos de emergencia. En el sitio trabajaron elementos de la Guardia Nacional, Policías Municipales y Estatales, el Heroico Cuerpo de Bomberos del Estado de México y personal de Protección Civil.
Por la madrugada del jueves, la Guardia Nacional activó su plan de ayuda a la población afectada, mientras que la Fiscalía del Estado de México inició los peritajes en la llamada “zona cero” para determinar las causas del accidente y deslindar responsabilidades.
Macarena Montoya Olvera, titular de la Secretaría de Salud del Estado de México, visitó Chimalhuacán para supervisar la atención médica a los heridos. Asimismo, las autoridades de los tres niveles de gobierno trabajan en la evaluación de daños estructurales en las viviendas afectadas.
El olor a pólvora persiste en la colonia Olmedo II, donde los habitantes y los cuerpos de seguridad se encuentran trabajando para remover los escombros. Las autoridades exhortaron a la población a denunciar la operación de talleres clandestinos para prevenir futuros incidentes.