El pasado 11 de septiembre falleció Jorge Agostoni; arquitecto de profesión, museólogo y museógrafo, Jorge Agostoni, y sin duda uno de los personajes más destacados en la construcción del lenguaje museográfico mexicano.
Sus primeras incursiones en la museografía se dan entre 1963 y 1964, cuando recién egresado de la Escuela de Arquitectura, de la Universidad Nacional Autónoma de México, trabajó en las salas del Museo Nacional de Antropología. Posteriormente, laboró junto con Mario Vázquez y Jorge Angulo en la primera museografía del Museo Nacional de las Culturas.
Su larga trayectoria en decenas de museos en México y en el extranjero, lo hicieron merecedor de dos premios Covarrubias: planeación y proyecto del Museo Nacional de Arte en 2001 y Museo de Historia Mexicana en Monterrey, Nuevo León, en 1996. También fue condecorado con la Medalla de Plata de las bienales de Arquitectura Mexicana IV y VII, por su trabajo en el Museo de las Culturas del Norte, en Paquimé, Chihuahua, y por el Museo del Telégrafo, en la Ciudad de México. Tuvo también una relación activa con el espíritu olímpico, debido a que conceptualizó y diseñó el Museo Olímpico, en Lausana, Suiza. Este proyecto lo hizo merecedor del Premio Museo Europeo del Año, otorgado por el Consejo de Europa y la Orden Olímpica, condecoración otorgada en 1995 por el Comité Olímpico Internacional; reconocimientos que dan cuenta de una relación que iniciara en 1967, cuando coordinó y diseñó dos eventos internacionales del Programa Cultural de los Juegos de la XIX Olimpiada, celebrada en México.
La contribución de Jorge Agostoni a la práctica museográfica, a la docencia y a la conceptualización de espacios museales es, sin duda, decisiva para el legado de una tradición museográfica que ha caracterizado a nuestro país por su inventiva, su capacidad de adaptación y por la habilidad de desarrollar diálogos entre los espacios, las colecciones, los lenguajes formales y los discursos curatoriales.