Las tradicionales posadas se visten de colores y alegría gracias a las habilidosas manos de las familias artesanas de Atlacomulco que dan vida a las piñatas. Este arte tradicional no solo embellece las celebraciones sino que también preserva la rica cultura mexicana.
En San Marcos Tlazalpan, Atlacomulco, las piñatas se elaboran con esmero y dedicación. Las formas creativas, desde flores hasta estrellas, surgen con un proceso detallado, destacando la creatividad y el talento de artesanas como Gloria González Pérez.
La materia prima es crucial en este proceso artesanal, utilizando papel reciclado, china y metalizado. El engrudo, hecho con agua y harina, es esencial. Gloria comparte la técnica, destacando la importancia de la leña para hervir el agua y lograr la consistencia adecuada del engrudo.
El clima influye en el proceso, ya que el calor favorece, pero el frío y la humedad pueden complicar el secado de las piñatas. La inspiración de Gloria proviene de la naturaleza, dando vida a piñatas en forma de flores, especialmente una flor azul y blanca llamada tumba vaquero que florece en su comunidad.
El papel metalizado y la china, fundamentales en la elaboración, llegan directamente a los hogares de los artesanos. Aunque el proceso tiene desafíos, como las condiciones climáticas, la dedicación y amor que ponen en cada piñata trasciende, regalando alegría y tradición a las familias mexicanas durante las fiestas navideñas.