Festival de Avándaro, el grito de libertad y rebeldía mexicana, cumple 53 años

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El 11 y 12 de septiembre de 1971 tuvo lugar en el municipio de Valle de Bravo uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea: el Festival de Avándaro. Un evento musical que sería la actividad complementaria de una carrera de autos y que debido a su cartel artístico logró reunir a miles de jóvenes.

El 11 y 12 de septiembre de 1971 tuvo lugar en el municipio de Valle de Bravo uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea: el Festival de Avándaro (Foto: Especial).

La asistencia superó toda expectativa, pues los cálculos refieren que aquel día se reunieron al menos 250 mil personas; jóvenes originarios del estado de México y de otras entidades que se dieron cita para escuchar la música en vivo de agrupaciones como los Dug Dugs; Three Souls in My Mind; La División del Norte; Peace and Love; entre varios más. 

Aquel concierto se convirtió en un espacio de expresión de la juventud mexicana a través de la música, un grito de libertad y rebeldía, influenciado por el movimiento hippie con el Festival de Woodstock, el cual se llevó a cabo dos años antes que el de Avándaro.

En el festival no hubo sólo música, ya que el alcohol, las drogas y los desnudos estuvieron presentes, aún así concluyó con saldo blanco. A pesar de ello, el gobierno mexicano y los medios de comunicación satanizaron el evento, lo que a su vez trajo la censura de la música rock en México. Al respecto, Ivett Tinoco García, docente de la Universidad Autónoma del Estado de México, explicó en entrevista para Así Sucede que las bandas de rock en el país tuvieron que buscar espacios alternativos para poder tocar, manteniéndose casi una década en clandestinidad. 

“Después de Avándaro la represión contra el rock fue mucho más fuerte y tuvieron que buscar espacios para poder tocar más underground y por supuesto que Avándaro fue el punto de encuentro de lo que ya estaba floreciendo musicalmente hablando”, señaló.

La docente señaló que el festival de Avándaro significó todo un reto para el municipio de Valle de Bravo pues en aquel entonces su población era de 40 mil habitantes por lo que no contaba con los servicios o la infraestructura para recibir a los 250 mil asistentes al municipio. Esto representaba de igual forma un impacto político.

“En principio, el impacto lo tiene Valle de Bravo y tiene que responder el gobierno estatal porque se había desbordado y se tenía que suministrar las cosas básicas como agua y algo de comer para resolver la crisis que había en ese momento por la cantidad de jóvenes que había. Políticamente, el estado de México tenía una alarma por la cantidad de jóvenes reunidos y también hay una cuestión política porque el gobernador en ese momento era Carlos Hank González y era un candidateable a la presidencia de México y era también la oportunidad para quienes estaban en la federación y tenían la oportunidad de denostar este festival”, señaló.

Si bien, la música en Avándaro duró 12 horas, fue el tiempo suficiente para convertirse en uno de los festivales de música más representativos en América Latina.

“En retrospectiva, Avándaro es un punto de inserción sin duda para la música, para la identidad juvenil en el país y su legado sigue siendo fuerte tanto que se siguen haciendo películas, documentales y libros de lo que ocurrió hace 53 años en Avándaro”.

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