
El tabaco altera más de 7 mil genes del fumador, creando daño en su ADN, lo que podría contribuir al desarrollo de enfermedades relacionadas con fumar, así lo advierte un estudio realizado por médicos epidemiólogos del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental de Estados Unidos.
La investigación se realizó con muestras de sangre tomadas de casi 16,000 personas en 16 estudios previos, descubriendo que las personas que dejaron de fumar la mayoría de sus genes se «recuperaron» a los 5 años de abandonar el hábito, aunque en algunos se encontraron daños en su ADN 30 años después de fumar.
Estas modificaciones son parte de un proceso llamado metilación del ADN, que son los cambios genéticos que no alteran el código subyacente de los genes, pero que pueden cambiar cómo se expresan o se activan.
Identificar estos cambios en el ADN relacionados con fumar podría conducir a pruebas diagnósticas que pueden evaluar de forma más precisa los antecedentes de tabaquismo de un paciente.
Fumar cigarrillos pueden causar cáncer, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.