Entre hilos y telares de pedal, los tejedores de lana en Guadalupe Yancuictlalpan transmiten de generación en generación sus conocimientos al compás del telar para mantener vivas las tradiciones.
Gualupita es una comunidad reconocida artesanalmente a nivel nacional e internacional. Desde tiempos prehispánicos sus primeros habitantes ya elaboraban artesanías con ixtle (fibra de maguey), tejidas en telar de cintura hasta la llegada de los españoles que introdujeron los telares coloniales y la lana de borrego.
Actualmente sus técnicas artesanales son el bastidor y el telar colonial que le han dado a esta población relevante participación en la economía local.
El maestro Modesto Nava Vega, mejor conocido como “Efrén”, se ha caracterizado por realizar finos y detallados gabanes, entre ellos, el gabán jaspeado que se elabora en su comunidad y que es parte de las artesanías que le dan identidad al estado de México.
Proveniente de una familia de artesanos, no le interesó esta labor sino hasta los 20 años de edad, cuando decidió trabajar el telar por invitación de su padre, tuvo contacto con los hilos para empezar a tejer, con la práctica ha mejorado su trabajo que lo ha llevado a ganar premios locales, estatales y nacionales con participaciones en el extranjero.
Cuatro generaciones de su familia han trasmitido los secretos de la técnica de contabilidad del gabán jaspeado, que le ha permitido definir exactamente las figuras para plasmarlas en su tejido.
Parte de su elaboración es diseñar, hilar, urdir, repasar, atar la tela, como preparar sus cadejos y canillas; en la tejeduría requiere coordinación, precisión y amor por su tradición. El teñido de la lana lo hace con tintes naturales como cempasúchil, pericón, grana cochinilla, cáscara de nogal y añil.
Don Modesto indicó que todos los sarapes y gabanes que realiza son sobre pedido y sus precios oscilan entre los 10 mil y los 500 mil pesos en promedio. El costo se eleva por los materiales con los que trabaja como es lana merina, seda, oro, plata, alpaca y casimir, además del tiempo para su elaboración, ya que tarda más de cuatro meses según la dificultad del diseño.
Algunas de sus piezas son exhibidas en museos y otras que han recorrido parte del mundo. Actualmente está preocupado porque en su comunidad ya son pocos artesanos que dominan la técnica y se dedican a tejer gabanes jaspeados.
“Ya son muy pocos, muchos nos han abandonado, está José López, Francisco Beltrán, Jorge Soriano, Armando Nava, Fausto Barrera, somos pocas las personas que quedamos, esperamos que la nueva generación de jóvenes que estoy preparando les interese”, mencionó.