Con la instalación de la LX Legislatura mexiquense con mayoría morenista, el estado de México está ante la oportunidad de presenciar una relación distinta a la que estamos acostumbrados entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo con una mayoría priista y “a modo”.
En entrevista, Eduardo Rodríguez Manzanares, politólogo e investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) afirmó que ambos poderes deberán poner de su parte para que la entidad mexiquense pueda avanzar con una agenda en común, donde los temas principales sean los de seguridad, salud, educación, empleo, competitividad, movilidad e infraestructura pues recordó que esta el bienestar de 17 millones de habitantes en juego.
“Porque si cada quien quiere caminar en sus pistas, seguramente tendremos dificultades y relaciones ríspidas. Es una gran oportunidad para que la agenda del Ejecutivo estatal como la de la Cámara de Diputados puedan converger en aquellas necesidades o demandas más apremiantes que beneficien a la población” dijo.
Sin embargo el especialista reconoció que en el gabinete del mandatario mexiquense no se puede vislumbrar a algún actor político que tenga la capacidad, experiencia, estatura, conocimiento y formación para buscar este encuentro con la Legislatura desfavorable para su partido político.
Al respecto aseveró la importancia de mejorar los índices de la entidad mexiquense, pues actualmente es referente pero en inseguridad, robo de autos, asalto a mano armada en vía pública y casa habitación, pues los avances que ha tenido en su primer año de gobierno han sido a su consideración, grises.
“Habrá que hacer un trabajo muy fino, yo diría prudente por parte del gobernador pero si tiene que darse a la tarea de contar con estos operadores que en este momento no se alcanzan a vislumbrar tan fácilmente, un gabinete con una composición joven, madura en algunos casos pero que requerirá redoblar esfuerzos de lo que se hizo en el primer año”.
En cuanto a la Legislatura, Rodríguez Manzanares espera que este a la altura de los cambios que requiere el estado, y que no ocurra como en los Congresos del 2000 y 2006 que con mayoría panista y perredista prefirieron ser “a modo” del gobierno en turno que ser un verdadero cambio para la entidad.
