El anuncio de vínculos con el narcotráfico de un futbolista y un cantante mexicano revive dos características del actuar del gobierno de la república.
En primer lugar: que nuevamente es un país ajeno a México el que lleva a cabo investigaciones sobre temas que afectan la seguridad nacional y la vida cotidiana de los mexicanos.
En segundo lugar: que el escándalo que provoca esta noticia es aprovechado para atenuar problema de relevancia nacional como el caso Duarte, acusado de delincuencia organizada y uso ilícito de recursos públicos en colusión con su esposa, que no ha sido detenida, y una supuesta novia.
El gobierno mexicano se permite en este momento, pasar de un hecho a otro como quien da vuelta a una página.
Pero que el gobierno mexicano no investigue es dar cabida a la impunidad; que el gobierno se beneficie de una noticia como la del deportista y el cantante para distraer la atención a los hechos que afectan a México es evadir su responsabilidad.
Así, entre impunidad e irresponsabilidad se halla el Estado de Derecho en el país. Un Estado débil.
