Hoy tiene lugar una de las celebraciones religiosas más importantes a nivel mundial y la principal en México: el aniversario de la aparición de la Virgen María en su acepción de Guadalupe.
Su existencia sigue siendo cuestionada lo mismo que su legado físico, un manto o tilma, en contraste con los millones de fieles y seguidores alrededor del mundo.
Tan solo de México algún osado dijo que los mexicanos podremos no ser católicos pero sí Guadalupanos. Pero también un autorizado, el papa Francisco, declaró en su visita al país que “hasta mexicanos ateos se sienten Guadalupanos”.
En los recintos católicos hay imágenes de las vírgenes de Fátima, Lourdes, de La Merced o de la Inmaculada Concepción pero la Guadalupana no falta. Incluso su estampa yace en uno de los pórticos de acceso a la catedral de La Almudena, España, y al interior de la capilla de Nuestra Señora, en Francia.
Al día de hoy han transcurrido 486 años de su aparición y la fe hacia ella no se extingue. En 72 horas visitarán la Basílica de Guadalupe ocho millones de personas a rendir homenaje a la imagen amada mientras el resto de fieles le cantan desde las vísperas que México es su tierra y ella la bandera.