Ya que terminaron las clases en la educación superior y lo que hay en este momento son exámenes y entregas finales de trabajos y proyectos, hay que prestar atención a un fenómeno que no es nuevo pero sí cada vez más visible: la compra-venta.
Aquello que en el pasado tenía lugar en que alguien hacía la tarea de otro, a modo de favor o por presión, hoy se da mediante el pago o cobro. Y si bien los datos de quienes incurren en estas prácticas son difíciles de conocer, así como los montos que se pagan, el problema es más grave en internet en donde se leen ofertas como: “Hacemos tu tarea, mándanos un mensaje de texto”; “Tareas en línea”, etcétera.
El trasfondo del problema es que hay actos de deshonestidad de quienes las compran y las venden y el que lleva las de perder es el estudiante por no enfrentar el reto ni el trabajo, a más de que su formación a largo plazo se vuelve frágil.
En fin, nosotros, desde nuestra posición como compañeros o padres de familia es la de verificar que esto no ocurra pues un estudiante tiene deberes y estos son aprender y sacar buenas calificaciones que van de la mano del ejercicio de la disciplina y responsabilidad.
Escucha el comentario de Patricia Maldonado: