Estamos a un día de festejar el Halloween en la república mexicana y lo hacemos como en Estados Unidos: con disfraces creativos y espeluznantes, pidiendo dulces con la frase truco o trato, decoraciones y fiestas temáticas. Estas prácticas son la mezcla de influencias culturales y de un enfoque en el entretenimiento. Es decir, sincretismo cultural que sin embargo, a más de uno no acaba de convencer porque se piensa que no es de origen mexicano, que se confunde con nuestro festejo del Día de Muertos y que es un evento oscuro y violento.
Pero la celebración de Halloween sigue expandiéndose globalmente, adoptando nuevas formas y adaptándose a diferentes culturas. Para este 2024 se observan por ejemplo tendencias en disfraces de personajes populares de películas y series, reflejando la influencia de la cultura pop.
Parece que ya no queda de otra más que aceptar este festejo que tiene décadas en la república mexicana; podemos empezar a verlo como enriquecimiento cultural y que, a pesar de su creciente popularidad, el Día de Muertos sigue siendo una celebración profundamente arraigada en la cultura mexicana; que ambas festividades pueden, por tanto, coexistir. Incluso se dice que disfrazarse influye positivamente en la autoestima y la confianza por la exploración de identidad, que es una vía para escapar de las presiones diarias y genera risas y diversión.