La pandemia por COVID 19 ha detonado la demanda de ataúdes y urnas para cenizas de manera importante. A lo largo del último año el requerimiento de este tipo de bienes se incrementó hasta un 150%, principalmente a lo largo del primer trimestre del año cuando el número de defunciones creció de manera importante.
Marco Antonio Ruiz, presidente de la Cámara Nacional de la Industria maderera en el Estado de México, aseguro que en el caso de los ataúdes pueden encontrarse en el mercado hasta en 800 pesos, aún cuando con maderas más finas y mejores acabados, en cuyo caso la cifra puede ser hasta 15 veces mayor.
Sin embargo esta fue una de las alternativas que utilizaron miles de familias por ser una opción más económica que los ataúdes de metal, cuyo precio mínimo en el mercado es de mil 500 pesos.
Comunidades como San Pedro Tultepec en el municipio de Lerma y en el oriente de la entidad Texcoco y valle de Chalco se han consolidado en la producción de este tipo de bienes de fácil acceso y que vino a significar una oportunidad ante la caída en las ventas que se registró en el sector.
Precisó que en el caso de las urnas para cenizas la demanda se incrementó hasta en un 300%, pues en muchos de los casos las personas no tuvieron la oportunidad de sepultar a sus familiares.
En particular un servicio funerario no tiene un costo menor a los 15 mil pesos y esto sigue siendo un golpe importante en la economía de las familias.
