Hechos, no palabras. Esta máxima se hizo extensiva de ciudadanos mexicanos al exterior del país con la declaración del presidente Donald Trump de que se quiere acción, no más conversaciones; en alusión al gobierno nacional y quien lo preside.
Y es que, el mandatario de México —aunque duela a muchos— adolece de cifras, datos y hechos claros en su labor de gobernante y para lo que ocupa, en su posición transigente a la Migración.
En esa línea, es que ahora también le espeta el presidente de Estados Unidos que no actúa -y sí, en ello lleva en su petición cierta carga combativa, de rencor y de patadas de ahogado porque tampoco ha cumplido a sus connacionales en la oferta de campaña que lanzó-, pero se tenía que decir y se dijo.
Andrés Manuel López Obrador, presidente, se ha limitado, de nuevo, a contestar con un manifiesto de afecto y apego de México y los mexicanos hacia los estadounidenses. Más de lo mismo. Nada distante al merolico de Trump. Sin reparar en que las cosas no se dicen, se hacen porque cuando se hacen se dicen solas.
Escucha aquí el comentario de Patricia Maldonado: