Las hormigas matabele africanas suelen resultar heridas en peleas con termitas. Sus congéneres reconocen cuando las heridas se infectan e inician un tratamiento con antibióticos.
Así lo informa en la revista Nature Communications un equipo dirigido por el Dr. Erik Frank de la Julius-Maximilians-Universität (JMU) de Würzburg y el profesor Laurent Keller de la Universidad de Lausana.
Esta especie (Megaponera analis), muy extendida al sur del Sahara, tiene una dieta limitada: solo come termitas. Sus expediciones de caza son peligrosas porque los soldados de termitas defienden a sus congéneres y utilizan sus poderosas mandíbulas para hacerlo. Por tanto, es común que las hormigas resulten heridas mientras cazan.
Si las heridas se infectan, existe un riesgo importante de supervivencia. Sin embargo, las hormigas matabele desarrollaron un sofisticado sistema sanitario: pueden distinguir entre heridas infectadas y no infectadas y tratar estas últimas de forma eficaz con antibióticos que ellas producen.
El tratamiento reduce drásticamente la mortalidad
“Los análisis químicos en colaboración con el profesor Thomas Schmitt de la JMU han demostrado que el perfil de hidrocarburos de la cutícula de la hormiga cambia debido a una infección de la herida”, afirma en un comunicado Erik Frank. Precisamente este cambio es el que las hormigas pueden reconocer y, por tanto, diagnosticar el estado de infección de sus compañeros de nido heridos.
Para el tratamiento, luego aplican compuestos y proteínas antimicrobianos a las heridas infectadas. Toman estos antibióticos de la glándula metapleural, que se encuentra en el costado del tórax. Su secreción contiene 112 componentes, la mitad de los cuales tienen un efecto antimicrobiano o cicatrizante. Y la terapia es muy eficaz: la tasa de mortalidad de las personas infectadas se reduce en un 90 por ciento, como descubrió el grupo de investigación.
“A excepción de los humanos, no conozco ningún otro ser vivo que pueda realizar tratamientos médicos tan sofisticados para heridas”, afirma Erik Frank. Laurent Keller también añade que estos hallazgos “tienen implicaciones médicas porque el principal patógeno de las heridas de las hormigas, Pseudomonas aeruginosa, es también una de las principales causas de infección en humanos, y varias cepas son resistentes a los antibióticos”.
El investigador de Würzburg ahora quiere explorar los comportamientos de cuidado de heridas en otras especies de hormigas y otros animales sociales. También quiere identificar y analizar los antibióticos utilizados por las hormigas matabele en colaboración con grupos de investigación química. Esto puede conducir al descubrimiento de nuevos antibióticos que también podrían usarse en humanos.