Las redes sociales se han convertido en un espacio para la denuncia de casos de hostigamiento sexual en la calle o el transporte público de pasajeros.
Desde luego estas acusaciones se tendrían que hacer ante el Ministerio Público y probablemente de forma anónima para que surtan efecto. Sin embargo, el marco legal mexicano no considera el hostigamiento sexual en espacios públicos.
Es decir, las caricias o rozamientos; gestos, insultos, bromas y miradas libinidosas; invitaciones a tener relaciones sexuales o petición de favores sexuales.
Las víctimas de hostigamiento sexual, principalmente mujeres, ven afectada su calidad de vida mediante estrés, frustración, desmotivación e imagen desfavorable de sí mismas.
El hostigamiento sexual en la calle y el transporte es un comportamiento impropio que se realiza con premeditación, alevosía y ventaja. Tendría que ser convertido en delito.
El gran argumento es que toda persona tiene derecho a ser protegida contra actos que afecten su dignidad.