El robo de combustibles casi se triplica, la aparición de tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) dejó de ser un secreto a voces en el Valle de Toluca.
De acuerdo con la Delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) este delito aumentó 173 % en lo que va del año. Durante el 2017, la dependencia federal inició 673 carpetas de investigación relacionadas al robo de hidrocarburos, 1.8 casos en promedio al día. Las estadísticas más recientes proporcionadas por la PGR del año 2018 indican que el promedio diario pasó a 3.1 carpetas de investigación, solo con el reporte de 186 averiguaciones durante los meses de enero y febrero.

En el Valle de Toluca los mayores atentados a los ductos han ocurrido a campo abierto donde predominan terrenos de cultivo. El poco tránsito de gente y vehículos se convierten en condiciones ideales que le permiten a los huachicoleros excavar y operar sin contratiempos.
La infraestructura para el transporte de hidrocarburos en esta región inicia en Tula, Hidalgo, lugar desde donde recorre 224 kilómetros hasta Toluca, capital del Estado de México. Trayecto en el que la hostilidad del crimen carcome ganancias de la paraestatal, convirtiendo también a algunas comunidades en una bomba de tiempo, las historias de sus habitantes son numerosas.

Las más recientes en la región son la ocurrida el 5 de junio pasado cuando varios sujetos ordeñaron un ducto en la comunidad de San Carlos Autopan, en Toluca. Junto a una calle de terracería y en medio de cultivos de maíz los delincuentes excavaron y perforaron la tubería, pero algo pasó y se provocó un incendio, los presuntos delincuentes huyeron pero el fuego consumió un camión que presuntamente utilizaban para esconder y trasladar el combustible robado.
Quizá pensaron los habitantes que estos hechos ahuyentarían a los huachicoleros, pero no fue así. Dos semanas después, al mero estilo del «Chapo” Guzmán, se descubrió un túnel utilizado para ordeñar los ductos, personal de la división de inteligencia de la Policía Federal dio con el predio mediante una denuncia anónima. El túnel medía aproximadamente un metro de ancho por uno de alto y una longitud de entre 25 y 30 metros, iniciaba dentro de una casa en la comunidad de San Cristóbal Huichochitlán, a menos de 6 kilómetros de donde ocurrió el incendio antes mencionado.

Especialistas en ductos de hidrocarburo que conocen la zona, y quienes pidieron proteger su identidad, revelan que existen facilidades para perforar las tuberías y conectar mangueras para extraer los combustibles. Afirman que la utilización de guías de la zona e incluso detectores de metal son clave para excavar y lograr perforar.
«De hecho es muy rápido por la presión que maneja el ducto de un aproximado de 40 o 30 kilos por centímetro cuadrado, entonces de esa forma llenan un contenedor de 20 mil litros en 15 minutos aproximadamente”, dijo el experto quien explica que una broca es suficiente para poder perforar y robar los combustibles. “El asunto es que normalmente o lo que la gente de los lugares dice es de que la policía o en su caso nos han señalados los estatales, dicen que están coludidos y ese tipo de cosas”, detalla.

Versiones que la gente de estas comunidades lo confirman. “Federal con huachicoleros, estatal con huachicoleros o municipal con huachicoleros, ellos están dentro de ellos, dentro lo que es el robo, ya estamos hartos de esto, queremos que se termine esto”, dijo uno de ellos. «Son grupos organizados, hay desde vigilantes hasta los mismos policías están coludidos con ellos (…) lo hemos denunciado pero nadie ha hecho nada”, explican. Situación que los ha llevado a vivir con miedo, pues el riesgo, dicen, va más allá una explosión.
Toluca, Ixtlahuaca, Temoaya, Atlacomulco y Acambay son algunos de los municipios donde más se han detectado robos. Delito federal que se castiga con 30 años de cárcel, pena que parece no importar a los ordeñadores.