IEEM analiza Índice de Integridad Electoral en la institución

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La Integridad Electoral busca que las elecciones no sólo sean justas, libres, transparentes y competitivas, sino que también cumplan con estándares internacionales como evitar la compra de votos, el uso de programas sociales con fines electorales y uso de recursos ilícitos, explicó Irma Méndez de Hoyos al participar en el programa del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Entre Voces.

Irma Méndez de Hoyos, investigadora de FLACSO explicó que el Índice de Integridad Electoral colocó a México en una escala de 0 a 100, en 68% durante las elecciones de 2012; en las de 2015 en 57% y, en 2018 en 60.5% (Foto: Especial).

La profesora investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) refirió que, entre más integridad electoral exista, mayor será la satisfacción de la ciudadanía con la democracia, con las instituciones y poderes públicos, además de que se genera un vínculo de obediencia a la ley; por el contrario, en los países en los que se dan más las malas prácticas como la compra y coacción del voto y recursos ilícitos en campañas, existe poca satisfacción con la democracia y poca legitimidad de las autoridades.

Señaló que la transición a la democracia en América Latina y en México ha dado resultados, pues se pasó de elecciones que eran controladas por el gobierno, a elecciones organizadas de manera profesional y transparente por órganos electorales autónomos.

Dichos órganos se encargan de la dimensión técnica, es decir eligen, capacitan e insaculan a los ciudadanos que van a fungir como funcionarios de casillas, atienden la impresión de la papelería electoral, monitorean las campañas electorales, entre muchos otros aspectos, que requieren esfuerzo y mucho profesionalismo.

Respecto al uso de programas sociales con fines electorales, relató que todos los partidos políticos caen en esta tentación y para evitarlo se debe transitar de programas sociales a derechos sociales, porque eso permitiría que el electorado tenga confianza en premiar o castigar a sus gobernantes.

Destacó que el atacar esas malas prácticas electorales, que se ubican en el filo de las reglas, se deriva de los convenios que firman los países democráticos como son la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Código de Buenas Prácticas en Materia Electoral y el Código de Buenas Prácticas en Materia de Partidos Políticos.  

La profesora investigadora de FLACSO expuso que, durante las elecciones de 2012, el Índice de Integridad de las Elecciones colocó a México en una escala de 0 a 100 en 68 por ciento, en las elecciones de 2015 en 57 por ciento y, durante 2018 en 60.5 por ciento.

Mencionó que las etapas del ciclo electoral donde se observa un mayor déficit es en la fiscalización de todos los ingresos que reciben los partidos políticos; en la existencia de una actuación sesgada de los medios de comunicación y que no se reconocen los resultados electorales.

Finalmente, pidió a los partidos políticos que sean más programáticos y menos clientelares, que le apuesten a fortalecer a la ciudadanía y no a comprar su voluntad durante las elecciones; a aprender a gobernar bien.

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