La Universidad Iberoamericana Puebla, en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Iztapalapa, en México, desarrolla un proyecto de cultivo y procesamiento del alga espirulina (Spirulina maxima) en comunidades de la Sierra Nororiental de Puebla, para combatir problemas de desnutrición en la población infantil.
Óscar García Gómez, académico de la Universidad Iberoamericana Puebla, dijo que el proyecto implica que la UAM, done el alga espirulina para que sea cultivada en los laboratorios de química de esta universidad, además de que se realice su caracterización para conocer los grados de proteína que tiene esta sustancia.
A este proyecto se han sumado dos organizaciones civiles que han facilitado el acceso de los investigadores y estudiantes a las comunidades, debido al trabajo que estas organizaciones ya tienen en la región.
De acuerdo con el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas, en Puebla hay una incidencia de desnutrición crónica entre la población menor de cinco años, pues al menos uno de cada cinco niños está afectado por la desnutrición; el problema se acentúa en las zonas rurales, entre la población indígena, donde al menos uno de cada tres niños tiene desnutrición crónica.
Para poder introducirlo en la dieta de los niños de San Antonio Rayón y Paso del Jardín, así como de otras comunidades, se organizó una degustación en la que las alumnas ofrecieron a los menores un espagueti con alga espirulina.
“El espagueti tenía buen sabor, sin olor, pero el color verde intenso de la espirulina fue lo que dificultó su aceptación al 100 por ciento entre los niños; sin embargo, para remediar este problema, las alumnas de nutrición propusieron mezclar el alga con frijol negro o maíz azul para que se perdiera el color”.
Una vez que se trabaja en la introducción de esta alga en la dieta de las familias, lo que sigue del proyecto es la capacitación en las comunidades para que ellos produzcan, cosechen, deshidraten e introduzcan en sus alimentos y así no crear una dependencia a futuro con la universidad.
El cultivo de alga espirulina en el laboratorio de química de la Ibero ha permitido también no solo producir proteínas sino también aceite, pues acumulan en su interior grasa. Y aunque su utilidad aún la están analizando, no descartan que pueda servir como biocombustible o para la elaboración de cosméticos; sin embargo, falta caracterizar para ubicar cuál es el mejor fin.