En México, ocho de cada 10 personas cuentan con un producto o servicio financiero contratado, desde un fondo de ahorro hasta una tarjeta de crédito o de nómina que les permite tener acceso a los servicios formales de manera financiera y ocho de cada 10 adultos mayores cuentan con una tarjeta relacionada principalmente con programas sociales, aún cuando el 30 por ciento no es operado por los titulares sino por un familiar.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera desarrollada a lo largo de 2024 como una forma de saber el avance que se ha tenido en medios formales de ahorro, crédito y ahorro para el retiro.
Graciela Márquez, directora del INEGI, señaló que la tasa más alta de participación a nivel nacional, se encuentra en el noroeste con el 84.5 por ciento, mientras que para el estado de México, la tasa ronda el 76 por ciento.
La brecha de acceso a servicios financieros entre hombres y mujeres, sigue siendo marcada hasta 10 puntos porcentuales, sólo el 58 por ciento de las mujeres en el país, cuenta con algún elemento financiero para su planificación económica.
La encuesta revela que en lo que refiere en temas de ahorro el 36.6 por ciento de la población tiene medios de ahorro informal, el 21 por ciento combina medios formales e informales y el 8.2 por ciento solamente tiene esquemas mediante un esquema financiero formal.
El nivel más bajo que se tiene de participación o uso de estos servicios está entre las mujeres indígenas, solamente el 51% de ellas hace uso de alguna cuenta.
A partir de Covid-19 se registró un incremento en lo que respecta al uso digital o electrónico de los medios, el 79.2% de la población encuestada, registró el derecho el uso de cajeros automáticos, además de una disminución en el uso de efectivo , dando espacio a las tarjetas de crédito y débito , a las transferencias electrónicas o al uso de aplicaciones como CoDi.
En lo que refiere a las personas con discapacidad, el índice de participación ha superado al 70%, pero en cuatro de cada 10 casos, las cuentas no son operadas directamente por el titular, sino por alguien cercano.