Hoy inicia el tercer año de gobierno del presidente de la república y con toda certeza sobrevendrán opiniones respecto a lo que ha hecho o dejado de hacer.
Y en este sentido podemos partir de que el mandatario habla mucho.
Tan solo en las conferencias de prensa de la mañana lo hace dos horas. Utiliza el espacio para que los medios estén atentos a lo que dice y ser el portavoz de la palabra en México.
Esto mismo ocurre los fines de semana cuando el jefe del Ejecutivo sale de gira y lo que se proyecta de esta son solo videos de mensajes de aspectos históricos y relevantes sobre el país narrados por él. No se le ve pues tomando decisiones o acciones, disponiendo de los programas y recursos. Tampoco inaugurando obras o escuchando a la gente. Solo habla. Y el discurso no es gobernar. Aunque gobernar es, por definición, solo mandar, dirigir, guiar.
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