Insectos que habitan en casas, serán censados con aplicación

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“Empiece con los marcos de las ventanas”, aconseja Rob Dunn. Los artículos de iluminación con frecuencia también son un cementerio”.

(Foto: Archivo).

De acuerdo a información presentada en el portal Agencia ID, Dunn, experto en ecología aplicada en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, está exhortando a la gente a que busque insectos y luego los fotografíe, en lugar de aplastarlos.

Su proyecto, Never Home Alone (Nunca solo en casa), busca reunir al menos 10.000 observaciones de artrópodos —insectos y sus parientes— de todo el mundo. Cualquiera puede participar utilizando iNaturalist, una plataforma en línea para identificación de la naturaleza; la única condición es que los insectos deben ser observados en interiores.

En las ciudades más densas del mundo, el bioma en interiores es más grande que el espacio en exteriores, al menos en términos de área del piso. No obstante, los científicos no conocen casi nada sobre las arañas, moscas y piojos de los libros que habitan este espacio junto con nosotros.

“Abundan los documentos sobre cucarachas y termitas”, dijo May Berenbaum, una entomóloga en la Universidad de Illinois. “Pero hay cientos, potencialmente miles de residentes del hogar que son de neutrales a benéficos sobre los cuales no sabemos nada”.

Incluso Dunn era, hasta hace poco, culpable de ignorar a sus compañeros de casa de seis patas. Hace unos años, él y sus colegas decidieron realizar un censo de 50 hogares en Raleigh, Carolina del Norte, entre ellas la suya. “Yo te habría dicho que tenía cuatro especies de araña”, admitió. “Cuando buscamos, encontramos 10 en mi casa —y resulta que eso es el promedio”. De hecho, algunas casas en Raleigh tenían más de 200 especies de artrópodos en total; Dunn y su equipo han encontrado una multiplicidad similar de insectos en hogares en sitios tan lejanos como Suecia y Perú.

Para Dunn, el interior doméstico pareció de pronto más exótico que la Amazonia. Un par de insectos que él y otros vieron eran nuevos para la ciencia, pero incluso los que tenían nombre eran misteriosos. En la mayoría de los casos, los investigadores no saben qué comen los animales o de qué hábitats salieron originalmente.

Al mismo tiempo, el grado de esta ignorancia era abrumador. El equipo tardaba horas en realizar el sondeo de un solo hogar.

iNaturalist, una aplicación móvil para ciencia ciudadana con usuarios en todo el planeta y la habilidad para geolocalizar e incluso identificar especímenes a partir de fotografías mediante la inteligencia artificial, ofrecía una forma de sortear este cuello de botella.

En julio, Dunn creó una página para el proyecto y pidió a los usuarios más activos de la plataforma que contribuyeran. Para octubre, la página había recibido más de 3.000 contribuciones, que representaban más de 800 especies, de más de mil participantes de todo el mundo.

Dunn quiere analizar cómo se distribuyen globalmente estas especies. En Raleigh, por ejemplo, las casas que sondeó estaban pobladas por insectos de la Media Luna Fértil que llegaron al continente americano con los colonizadores europeos.

Otros patrones emergen, lógicos y no obstante fascinantes. Los hogares con mascotas albergan mayor diversidad de insectos; al igual que hogares donde las ventanas se abren con más frecuencia.

Para un científico que ama los insectos, el entusiasmo del proyecto Never Home Alone es obvio. Pero para los residentes del hogar que muestran más inclinación a matar una mosca que a admirar su coloración iridiscente, ¿cuál es la ventaja?

Para empezar, cuando rociamos pesticidas, aniquilamos a las arañas beneficiosas y aceleramos la evolución de cucarachas y chinches resistentes. Las arañas brindan más beneficios, al alimentarse de insectos como cucarachas, tijerillas, moscas y polilla de la ropa, y rara vez pican.

Dunn busca que simplemente haya tolerancia y, tal vez, un poco de sentido de maravilla. “Algunas de estas especies son súper geniales”, dijo, al describir una araña que mata a su presa al escupir en ella.

“Lo mejor que podemos hacer es hacer que esa población oscile hacia las especies que nos benefician, en lugar de perjudicarnos”, dijo Dunn. “Pero primero tenemos que entender quién está ahí”.

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