Jorge Enrique Linares Salgado, académico y exdirector de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que pese a los beneficios que ofrecen los Sistemas de Inteligencia Artificial (SIA), no se debe reemplazar la cognición humana, y la tecnología tiene que estar supervisada.
“Actualmente los SIA superan a la inteligencia humana en el procesamiento de datos masivos o big data, porque lo hacen casi de forma instantánea”, comentó el experto y añadió que ninguna persona es capaz de procesar tan rápido la información como lo hacen las computadoras o algoritmos, por lo que “empiezan a tomar decisiones”.
El especialista en ética de la ciencia y tecnología informó que “la IA o cognición humana simulada replica por medios tecnológicos y digitales los comportamientos y capacidades inteligentes que, normalmente, poseemos los seres humanos” y agregó que se puede usar para servicios, estudios, cálculos, planeación y organización.
Linares Salgado enfatizó que en el siglo XX la tecnología y los SIA han tenido un auge veloz, por lo que los humanos no han podido evaluar los riesgos, mismos que a veces “se invisibilizan y a veces es difícil descubrirlos hasta que se convierten en daños”, por lo que los derechos de la humanidad pueden correr peligro.
“Las máquinas y los SIA pueden restringir la autonomía de las personas, afectar su capacidad de decisión y razonamiento, o influir en la política y en la toma de decisiones empleando sesgos discriminatorios en sus algoritmos”, subrayó el especialista y agregó que la tecnología, en un futuro, podría violar derechos.
Entre los derechos que la tecnología podría violar en el futuro está la intimidad o privacidad de los individuos, además de suplantar humanos, exacerbar desigualdades sociales y económicas, dañar el clima y el ambiente con el uso desproporcionado de energía y agua, y generar mayores niveles de contaminación.
Sin embargo, lo que más preocupó al experto es que los SIA en un futuro no sean tan inteligentes, adaptables, sensibles, empáticos y deliberativos, como lo es un ser humano, y compartió que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 25 por ciento de los trabajos serán sustituidos por IA.
“La IA no deberá nunca tomar decisiones cruciales (de vida o muerte) o de gran impacto social y ambiental reemplazando a los seres humanos, ni cancelar o eludir el debate y la deliberación democrática y la participación ciudadana en la toma de decisiones”, subrayó Linares Salgado y agregó que no tienen conciencia o “mala fe”.
Finalmente, el especialista de la máxima casa de estudios recalcó que los errores o daños causados por la IA, podrían ser muy graves y tener consecuencias, por lo que es necesaria la transparencia, responsabilidad y la rendición de cuentas de aquellos que se encarguen de diseñar, construir y operar esas máquinas.