Si el calendario sigue funcionando igual que como lo cambió el Papa Gregorio XIII, por allá del año de 1582, o cuando a los primeros seres humanos se les ocurrió medir el tiempo, en la era mesolítica, entonces esta semana se va a poner en funcionamiento el tren México-Toluca.
El primer tramo del tren iniciará operaciones este 15 de septiembre.
El tren fue anunciado en la década pasada. Un primero de diciembre de 2012 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto. El 7 de julio de 2014 inició formalmente la obra. Y nueve años después, aquí estamos como el primer día: con más expectativas que certezas.
No sabemos cuánto va a costar el pasaje, tampoco qué camiones nos van a llevar hasta las estaciones, ignoramos los horarios del servicio o si nos van a pasear gratis mientras lo acaban. Desde luego, nada hay sobre alguna posible intervención sobre la zona federal que conforma el camellón de la vialidad Solidaridad Las Torres, hasta ahora tierra de nadie.
Acerca de los boletos y su costo, lo único cierto es que la firma francesa Thales, a través de su subsidiaria Revenue Collection Systems, será la encargada del boletaje. Si se pagará mediante tarjetas, boletos de papel o cartón, aplicaciones móviles o morlacos contantes y sonantes, fichas, pagarés, dinero electrónico, bitcoin, cheques o cacao, todavía no nos hacen el favor de informarnos. Y del costo ni hablar: todos son “estimaciones”, es decir, una cifra que se le ocurrió a alguien y que tuvo a bien compartir sin una base sólida pero con mucha imaginación. Como la del arriba firmante que propone 12 pesos entre Zinacantepec y Lerma, que es lo que uno se gasta en un camión urbano…
Y si no sabemos cuánto va a costar ni cómo lo vamos a pagar, menos certeza tenemos de que vaya a operar en el horario previsto de seis de la mañana a 11 de la noche. Y cada cuántos minutos van a pasar los trenes. Eso sí, se calcula que el viaje de Zinacantepec a Lerma —o al revés, mis estimados cuatro lectores decidan— tardara 16 minutos.
El arriba firmante agrega otras interrogantes: ¿habrá algún espacio para subir bicicletas? ¿Será “pet friendly” —uno tiene que estar preparado para todo—? ¿Las escaleras son eléctricas —es que las estaciones están bien altotas—?
Y la más importante de todas: ¿si lo van a terminar?