Aunque uno no quiera, el presidente de la república se pone solito para hablar de él. Ahora dijo que los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los consejeros del Instituto Nacional Electoral no son demócratas y por el contrario, conspiran contra la democracia, esto en clara referencia al fallo negativo de la postulación de dos candidatos a gobernadores en Guerrero en Michoacán por Morena.
Si bien las causas son conocidas en el sentido de que no presentaron los aspirantes sus gastos de precampaña, el mandatario mexicano no da pie a presentar argumentos de lo que afirma; tal parece que con una acusación suya basta. Esto trae a la mente, asimismo, que el ahora jefe del Ejecutivo federal acostumbra hablar de conspiraciones, maquinaciones, intrigas, complot, cuando las cosas no le favorecen. ¿En qué momento se le pedirán pruebas e información sólida de lo que dice? Lo que hace el presidente es más bien actuar con intransigencia e incurrir en desinformación.
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