Los investigadores santafesinos Carla Borini, Silvana Spinelli y Uciel Chorostecki desarrollaron una pastilla para regular el sueño. El producto está elaborado a base de leche de vaca. Luego de más de dos años de investigación y trabajo, el equipo logró equilibrar las moléculas de la leche para poder desarrollar el medicamento.
Una de las integrantes del equipo, la biotecnóloga Carla Borini, dialogó con AIRE y explicó cómo surgió la idea que hoy toma forma para poder salir al mercado.
Por más de 20 años, Silvana Spinelli estudió las moléculas de ARN, qur tienen la particularidad de ser más “cortas” que el resto y están presentes en todos los alimentos. Es por esto que el grupo de científicos los apodan”ARNs dietarios”.
Estas moléculas fueron encontradas por primera vez en grandes cantidades en la leche materna humana. “Entonces la deducción que dijimos en ese momento fue, bueno, si están en la leche materna, que es el primer alimento que consumimos todos los seres humanos y es el mejor creado por la naturaleza, deberían tener alguna función”, enumeró Borini.
Tienen la capacidad de reprogramar el funcionamiento de las células. Sin embargo, a pesar de que se encuentran en los alimentos frescos, se pierden cuando los alimentos llegan a la mesa. Los investigadores fundaron una startup, con la idea de extraer estas moléculas funcionales o ARNs dietarios y poder usarlos para distintas funciones.
Los científicos decidieron analizar la leche bovina, en donde, a través de una técnica de biología molecular que se llama secuenciación, verificaron la presencia de estas moléculas. “Lo que hicimos fue desarrollar un protocolo para aislarlas y estabilizarlas porque son instables y se pierden”, explicó la biotecnologa.
Una vez que lograron extraerlas y estabilizarlas, desarrollaron un polvo que fue encapsulado. “Generamos la primera pastilla a base de estos ARNs de la leche bovina”, explicó Borini al mismo tiempo que destacó que se extrae “lo mejor de la leche bovina” para concentrarlo en una pastilla.
Los ensayos in vitro demostraron que su consumo reduce la producción de cortisol, que es la hormona del estrés, y aumentan la producción de serotonina, que es la hormona de la felicidad.
“Entonces, regulando estas hormonas podrían tener un efecto a nivel de mejorar el ciclo de sueño”, agregó Borini. El producto colabora a regular el ciclo del sueño de manera natural. Al llenar la capacidad de reprogramar el funcionamiento de las células, permite una adaptación y una mejora a largo plazo de manera natural.
“Va a ayudar a conciliar el sueño mejor, a no despertar de a mitad de la noche. Y obviamente es mucho mejor que tomar las drogas que hay ahora a la venta”, afirmó la científica.
El producto todavía no está en el mercado, ya que aún no fue testeada en humanos y debe ser evaluado. “Estamos ahora empezando con pruebas en voluntarios”, aclaró Borini que estimó que en unos meses contarán con los primeros resultados. El objetivo próximo es contar con un socio en Argentina para poder salir al mercado.